El experimento: vivir en 22 metros cuadrados

8 minutos

Feldkirch, Austria

Marie y Oliver están en pareja desde hace 7 años y ahora los espera una mudanza a Berlín desde una zona rural. Ella, de 33 años, ha recibido una oferta de trabajo que quiere aceptar a toda costa.

La pareja aprovecha la oportunidad para, finalmente, mudarse juntos: «Entre nuestros amigos ya es un chiste recurrente el hecho de que nos conozcamos desde hace una eternidad y llevemos mucho tiempo juntos pero que hasta ahora nunca hayamos convivido», cuenta Marie. «Por algún motivo, nunca se dio la oportunidad», explica Oliver, «pero ahora nos mudamos juntos y nos vamos a un piso alquilado a 200 kilómetros de Berlín». El equipo de Investigación de Necesidades invitó a la pareja a participar de un experimento en Austria.

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Menos espacio de almacenaje como desafío

«Por supuesto tendremos menos espacio que hasta ahora. Tengo un poco de miedo sobre si una vivienda tan pequeña tendrá suficiente espacio de almacenaje para todo lo que necesitamos»,Marie, que trabaja en una institución de investigación científica, nos expresa lo que siente y agrega: «Es precisamente por eso que tenemos tantas ganas de hacer el experimento con Blum.»

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Soluciones inteligentes en un mínimo espacio

Marie y Oliver se encuentran con Belinda Gasser del equipo de Investigación de Necesidades de Blum. Belinda forma parte del equipo que observa el uso de cocinas a nivel mundial y es quien dirige el experimento: «Nos ocupamos del usuario de la cocina en su propia cocina. Siempre con el objetivo puesto en los procesos de trabajo precisos y en las necesidades. Las experiencias pueden trasladarse obviamente al resto del espacio de vivienda», describe así la experta, explicando su ámbito de actividades y agrega: «Nosotros investigamos, por ejemplo, temas como ‘¿Qué cajones abrimos y con qué frecuencia lo hacemos cada día?’ o ‘¿Con qué velocidad cerramos puertas y módulos extraíbles?’ pero también ‘¿Cuántos kilos de artículos se almacenan en los distintos armarios?’».

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Prueba de vivienda en miniatura

En compañía de cámaras, Marie y Oliver pasaron una tarde entera en la vivienda en miniatura de Blum: «En nuestro apartamento de 22 metros cuadrados, buscamos implementar ideas de vivienda innovadoras y ganar la mayor cantidad posible de espacio de almacenaje en un espacio pequeño. Pero tampoco podemos descuidar el factor de la comodidad», explica Belinda. Además, ellos dos deben descubrir y probar las distintas soluciones en cada una de las áreas de la vivienda.

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22 metros cuadrados son en verdad una habitación más bien grande, no más que eso.

«No me podía imaginar cómo se almacenaría en una vivienda en miniatura todas las cosas, ni hablar de un baño completo y de una cocina con todos los comestibles», dice Oliver. Las soluciones de almacenaje inteligentes en cada espacio cautivaron tanto al informático como a la investigadora.

Pequeño, pero fino

En general, a Oliver le gustó cómo el espacio se aprovecha de la mejor manera posible: «Así surge también una organización agradable. Una vivienda así en Neukölln, con este equipamiento, es algo que ya me puedo imaginar», sintetiza Oliver positivamente. Y la investigadora Marie, que antes se mostraba escéptica, agrega con una sonrisa: «Sí, con Oliver me mudaría también allí.»

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